Siempre iba con mis padres y mi hermano al Hotel Fontainebleau de Miami Beach, sin duda, el mejor de los mejores. Y, cada vez que puedo, sigo llegando allí.
En 1976, en Abril, fuimos de nuevo y, cenábamos todas las noches en el fabuloso Gigi Room del hotel y, en esa temporada, se presentaba allí la Orquesta de Luis Varona donde un joven cubano, hechizaba con su bella voz y carisma: Alberto Porro.
Yo estaba fascinada y, recuerdo que quería tomarle muchas fotos con mi camarita, pero no me atrevía por ser un poco tímida, y por mi papá.
Como éramos conocidos en el hotel, porque íbamos casi todos los años, me decidí a bajar al Gigi Room en la tarde, antes que abriera al público y le pedí un favor al mesonero J. García que por favor, en la noche, cuando saliera Alberto a cantar, le tomara muchas fotos, las que pudiera. Él aceptó, y le dejé mi cámara. Y, esa noche, cuando Alberto salió a escena, J García, cual paparazzi profesional salió, sin ningún disimulo a tomar fotos sin parar. Yo no aguantaba la risa y mi mamá tampoco, pues sabía, perfectamente que la cámara era mía.
La noche siguiente, objetivo logrado, me sentía tímida pues estaba segura que ya el bello cantante sabía que había sido yo la de las fotos. Me acuerdo, que la orquesta descansaba y, yo tenía que ir al Lobby del Hotel a buscar algo. No me atrevía a pararme y me dije :Iré cuando empiecen a cantar de nuevo». Tenía miedo que Alberto me parara y me preguntara. Total, que salí momentáneamente del restaurant cuando la orquesta comenzó con la música. Iba por un pasillo, y de una puerta como secreta, salió uno de los mesoneros del Gigi con un papel y me dijo:’ ‘Acá le manda Alberto» Sorprendida, pero emocionada, lo abrí y era un teléfono para llamar. Al siguiente día lo hice y comenzó una bella amistad. Conversábamos todas las tardes frente al Gigi Club, nos tomábamos fotos y, él me regaló una foto autografiada en blanco y negro. Por las noches, lo seguía viendo y oyendo cantar congas, salsa, y mi tema favorito en su voz» The shadow of your smile».
Al año siguiente volví al Fontainebleau, ya la orquesta de Luis Varona no estaba y Alberto tenía su propia orquesta pero en el Holiday Inn de Miami Springs. Sin embargo, una tarde cuando volvía a mi habitación feliz pues había conocido en persona a Mohammad Ali, me había firmado un autógrafo y me había tomado una foto con él, sonó el teléfono y era Alberto que llamaba, pues le habían dicho los del Gigi que yo estaba en Miami.
La última vez que lo vi fue en 1979 cuando fui con mi prima y una amiga a verlo cantar en Miami Springs. Al vernos entonó »The Shadow of your Smile» con su bella e impecable voz.
Pasaron los años y, un día,en 2017, gracias a Facebook lo encontré. Hablábamos ocasionalmente y, le envié algunos artículos que hice del Fontainebleau, donde obviamente lo nombraba y él muy feliz.
Lamentablemente, ayer, me enteré de su desaparición física el pasado Diciembre, aunque ya lo sospechaba, por su falta de actividad en el Facebook.
Le quiero dedicar hoy estas palabras y, siempre recordaré a ese bello y maravilloso amigo y a »The shadow of your smile»
