Enlace Arquitectura fue invitada a formar parte de la 17 Bienal de Arquitectura en Venecia, curado por el arquitecto libanés y decano de la Facultad de Arquitectura de MIT, Hashim Sarkis, que examina la pregunta “¿Cómo viviremos juntos?”. La instalación de este estudio venezolano dirigido por Elisa Silva, forma parte de los espacios del Arsenale en el segmento dedicado a “comunidades emergentes.” En vez de proponer “mejoras” al barrio, la muestra se enfoca en mostrar la riqueza espacial y cultural que ya existe en él, e invoca una mirada celebratoria y de reconocimiento hacia lo que constituye una parte fundamental de la ciudad, donde habitan más de la mitad de los caraqueños.
Los barrios se han “naturalizado” como lugares “informales” y “marginales”. Sentimientos profundamente arraigados de discriminación, condescendencia y miedo, continúan nublando las percepciones de los ciudadanos, la forma en que se invierten los fondos públicos e incluso las aproximaciones de profesionales con buenas intenciones.
Interesados en abordar esta problemática percepción, y aprovechando una estrecha relación con la comunidad del barrio La Palomera, Enlace Arquitectura, Ciudad Laboratorio y los vecinos comenzaron un programa cultural en 2018 titulado Integración en Proceso Caracas IPC. También participaron la Fundación Bigott, la Alcaldía de Baruta, La Hacienda La Trinidad, artistas, periodistas, educadores y diseñadores.
A lo largo de un año y medio, se organizaron múltiples excusas para que la gente conociera La Palomera. Las actividades incluyeron un Manifiesto a la Ciudad Completa. Artistas fueron invitados a trabajar con la comunidad en proyectos compartidos. Un amplio público fue convocado a participar en caminatas, juegos de bolas criollas, a dibujar, a celebrar La Cruz de Mayo, a bailar, a mapear el barrio y a escuchar las historias de sus fundadores.
Otra actividad fundamental fue el mapeo de la vegetación que crece en La Palomera y un recorrido por sus jardines por Gabriel Nass y Ámbar Armas. Se identificaron 24 jardines, cuyos dueños fueron retratados, sus historias registradas y exhibidas en la exposición “Ciudad Completa: La Palomera reconocimiento y celebración” en La Hacienda La Trinidad, junto con una síntesis de toda la experiencia IPC, en febrero 2020.
Estas actividades a su vez abrieron nuevas oportunidades, como por ejemplo una nueva forma de manejar los desechos sólidos. Típicamente los barrios tienen un gran contenedor a cielo abierto en su entrada donde todos los vecinos depositan su basura, ya que los camiones convencionales no entran en el barrio. Siete rutas fueron diseñadas para la recolección de desechos sólidos puerta a puerta (un oficio que las personas mayores recuerdan como la figura del mochilero) que se implementó en el 2019. No es más que un esfuerzo por equiparar la calidad del servicio entre los residentes del barrio y los vecindarios fuera del barrio, y eliminar todos los vestigios de contenedores al aire libre. Junto con la empresa Fospuca y la Alcaldía de Baruta, se eliminó el contenedor de la entrada de la Calle Salom, y en su lugar hoy existe una jardinera sembrada y mantenida por los vecinos del sector. También nos encontramos inmersos, junto con la comunidad, en un proyecto para transformar un espacio en desuso en centro para el arte y la cultura. El lugar apunta ser, no solo un lugar para expresiones artísticas, sino además un motor de pensamiento y transformación para la vecindad y para la integración de la ciudad. Se trata de un microproceso (término que usa Cheo Carvajal y Ciudad Laboratorio) o una plataforma que emerge desde y para la pluralidad y la mezcla de voces. La afirmación de esta actuación a través de la práctica, construye una ciudad más compleja y completa, una que reconoce una mayor participación de sus habitantes y sus invaluables contribuciones a la vida urbana.
La exposición en la Bienal de Venecia muestra fragmentos del trabajo en La Palomera incluyendo el Diccionario Etnobotánico de las plantas de los jardines de La Palomera, que identifica 260 especies en el barrio e incluye información sobre su uso, ya sea medicinal, culinario u ornamental, una descripción y cómo se reproduce y cultiva. Isometrías de 18 jardines y 3 espacios públicos donde se detallan todas las plantas, objetos y parafernalia que componen estos lugares, complementan el espacio. Y finalmente, las 1,75 hectáreas de espacio públicos en el barrio constituidos por caminerías, escalinatas y plazas, además de los jardines, son celebrados en el formato de una maqueta de madera suspendida desde los altos techos del Arsenale, que mide 8 metros por 4.5 metros. La maqueta exhibe además la vegetación tanto cultivada, como espontánea, en reproducciones de acrílico.
Así como el conocimiento de la vegetación es digno de celebrar, también existen muchos otros atributos notables a reconocer y apreciar del barrio. Por ejemplo, los residentes del barrio todavía practican danzas y tocan música tradicional, interpretadas en manifestaciones culturales como la Cruz de Mayo y la Paradura del Niño. Han mantenido esta cultura viva y ofrecen la oportunidad para que los vecinos del no- barrio también la celebren. Integrar una Caracas fragmentada es un proceso tanto simbólico como espacial. Reconocer el valor inherente en los jardines, los espacios públicos, el baile, o la música, representa una premisa fundamental en el proceso de avanzar la integración urbana y en fortalecer la noción de una ciudad completa.
La XVII Bienal Arquitectura abre sus puertas al público desde el 22 de mayo 2021 hasta el 21 de noviembre, 2021.
Fotografías Rafael Peña Madriz
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